martes 21 de noviembre de 2023, 0.59hs
crónicas del odio
recibo un mensaje de mi vecina: váyanse del país. drogadictos, hijos de puta. escribe cartas de odio, las desliza por debajo de mi puerta. su abogada habló con la inmobiliaria advirtiendo que movemos los muebles de noche, que escuchamos música fuerte y no la dejamos dormir. es mentira. en ésta casa sólo habita el silencio.
el domingo fueron las elecciones de balotage y ganó javier milei. claro que este candidato no me representa, porque el fascismo en absoluto puede representarme. ganó la ultraderecha liberal, perdió el pueblo. no puedo dejar de ver el celular y leer las noticias. los medios explotan: el ministro de economía y ex-candidato a presidente sergio tomás massa pidió licencia médica inmediatamente después de su derrota. está cansado, sí. todes lo estamos. militamos su voto con esperanza y convicción. fue difícil. él hizo las cosas terriblemente mal y aún así lo votamos. falló y volvió a fallarnos.
j. está encerrado en el baño hace más de 20 minutos. lo escucho vomitar. no quiere ir al hospital, lo acompaño a la farmacia a comprar remedios. mientras compramos, agarro una revista que está sobre las góndolas. me resulta útil. plantas medicinales, maneras de curar el dolor de estómago y mejorar la digestión. tengo una sensación rasposa en el hígado, parecida al hambre. la conozco bien. ninguna planta podrá ayudarme.
en la fila de la farmacia, hay una chica con síndrome de abstinencia. no puedo dejar de mirarla. se vuelve loca por pincharse, lo dice así. miro a j. con tristeza. él me abraza, tiene el cuerpo frío y la expresión cansada. susurra por lo bajo, "está drogada". no, no está drogada, pero le gustaría. miro al resto de las personas en la fila, ¿nadie la ve? ni el hombre que está con ella la mira realmente, ni el hombre que la atiende. duro, su rostro de piedra, preparado para estas cosas de la vida. yo no puedo sentirme así. no creo en la distancia.
hace unos días discutí eferveciente con mi hermano porque era el único voto al que creía poder cambiar, aunque tanto su decisión como la del resto de mi familia fue contundente: votar en blanco.
- massa tiene negocios turbios. su administración como ministro de economía es un desastre. no me representa. no lo voto, tampoco a milei. ese tipo está loco. no se puede negar la dictadura, ni privatizar la educación. pero son los dos unos hijos de puta. todo es una mierda. se va a ir todo al carajo. no quiero hablar de política.
me pidió que no le hable del tema nunca más. me da bronca. educados por los mismos padres, en la misma escuela, ¿acaso no entendió lo importante que es debatir, intercambiar pensamientos y posturas? sobre todo con la familia, que es el núcleo de la formación de los valores. me veo a mí misma, hace seis años atrás, discutiendo con mi papá sobre la soberanía de los cuerpos. el aborto legal y la diferencia salarial entre hombres y mujeres.
siempre intenté trazar horizontes en la mirada de mi familia, mostrarles lo que hay más allá de las pantallas. contarles mi experiencia, la gente que conocí y los lugares en los que estuve. hablar de arte para que entiendan el por qué de la política. mi mamá me escucha aunque difiere en algunos puntos. mi papá, discute. entonces se da una disputa larguísima que a veces termina en ignorarnos un par de días, hasta que uno de los dos rompe la racha. por cábala, vamos a votar juntos. no entiende por qué sigo votando al peronismo, no me esfuerzo en explicarle.
cuando voto al peronismo, más allá de cualquier nombre, estoy votando al pueblo. a la doctrina del progreso y desarrollo, a la unión de las masas. pienso en los ferrocarriles, en las rutas. pienso en néstor descolgando los cuadros de los genocidas. pienso en la computadora con la que estudié durante cinco años. pienso en la escuela pública.
al salir de votar, me encontré con mi profesor de política de la secundaria, ramón herrera. la persona que me enseñó el peronismo. nos saludamos compañero compañera, al despedirme le hice la v de la victoria. él me respondió con un "sí, sí" fríamente, al pasar, lo cual me sorprendió mucho. esperaba otra reacción. él ya sabía entonces el resultado.
hoy, dos días después, hace unas horas. empezaron a publicar de a poco la lista de ministros y secretarios del próximo gobierno. conozco a la mayoría de los nombres. es un desastre, peor de lo que imaginábamos.
mis hermanas estudian en el colegio donde me egresé. les pregunto si todavía sigue estando el mural con la palabra "democracia", pero ellas no lo vieron. no tiene sentido. nada lo tiene.
pero el concepto de las masas se transformó. ahora es el turno de los márgenes más oscuros, el cansancio y la desesperación. la realidad más dura saldrá a la luz. si el candidato javier milei fue electo democráticamente, entonces de la misma forma espero que lleve adelante su gobierno, en pos de resolver los grandes conflictos que hunden al país. el electorado debe hacerse cargo de sus decisiones, y mientras tanto, formar nuevas alianzas, defender la democracia, reinventar la economía.
esta mañana, mi amiga hizo apertura en el trabajo, 8am. el primer cliente que atendió la hizo llorar. discutieron. intento imaginarme la hostilidad que espera del otro lado de la puerta, cuando la atraviese para ir a trabajar. recuerdo la expresión de j. sintiéndose enfermo, el estruendo que hacía al vomitar. pienso que la realidad es una gran bomba de humo, cegándome. walter lezcano publica en twitter: "en tiempos duros solo queda: recontragarchar & dejar obra. la vida es una mierda pero no me va a ganar".
resistiremos con fuerza. leeremos a juan gelman, a maría elena walsh y también a rodolfo walsh, a leónidas lamborghini, a felipe pigna para pensar la historia, a félix bruzzone y albertina carri para reforzar la memoria, a les poetas que surgirán de esta marea oscura, escribiremos poesía y narrativa periodística, crónicas, escribiremos desde la oposición y sobre el oficialismo. si algo aprendí del gobierno de mauricio macri es que la unión hace la fuerza: una horda de alumnos puede frenar el cierre de una escuela.
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